viernes, 6 de junio de 2008

EN ESTO NO CABE EL DESPISTE

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En temas de salud no cabe despistarse, aquí no vale. Acabo de leer unas entradas sobre este tema en un blog amigo y me gustaría aportar mi granito de arena al respecto. Voy a hablar del tabaco, un "amigo" inseparable que tuve aproximadamente desde los 16 hasta los 46 años y que en la última etapa llego a hacerme consumir alrededor de dos cajetillas y media diarias.

No voy a referirme a los daños que produce en nuestro organismo (no es mi especialidad), sino que hablaré brevemente y desde mi experiencia de una de las características de este hábito, la DEPENDENCIA, es decir, la subordinación al cigarrillo, el estar bajo su absoluto dominio y control.

A todos se nos llena la boca cuando decimos frases parecidas a éstas:
"No me gusta que me controles" (dicho a padres, parejas,....)
"Soy dueño de mis decisiones"
"Quiero trabajar para no depender de nadie", etc, etc, etc.
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Yo mismo las he dicho en infinidad de ocasiones pero eso sí, casi siempre con un cigarrillo en las manos. Contradictorio, ¿no?. Por una parte buscamos la autonomía, la independencia, y por otra nos agarramos a una sustancia para "funcionar", o mas bien nos agarra ella hasta hacerse con el control.
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Creo que comencé a ser consciente de mi dependencia cuando poco antes de tomar la decisión de dejar de fumar, me puse a escanear fotografías de otras épocas y me di cuenta de que en el 90% de ellas yo aparecía acompañado de mi inseparable cigarrillo.

Mi grado de dependencia llegó a tal punto que si se me terminaban los cigarrillos por la noche, prefería salir a localizar una cajetilla donde fuera y a la hora que fuera antes que acostarme sabiendo que a la mañana siguiente no podría "entrar en trance", porque fumar tenía que ser la primera acción del día y a partir de ahí, ya todo lo hacía en su compañía (bueno............ todooooo,............ casi todo, aunque después del "casi todo", también estaba el cigarrillo).

Realmente descubrí que lo que más me molestaba era sentirme controlado por un factor externo y un 27 de enero junto con mi mujer, tomé (tomamos ambos) la decisión de dejar de fumar. Reconozco que mi salud y mi forma física han mejorado considerablemente pero sobre todo..........
¡ME LIBERÉ!
Os aseguro que tan solo hace falta una firme decisión, un poquito de tolerancia ante el malestar y, por qué no, ayuda médica si es preciso. ¡FUNCIONA!

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