RETOS Y AMENAZAS

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Como cada martes, Julian se encontraba frente a Marta hablando de todo lo acontecido a lo largo de la semana.

Reconocía que la terapia le estaba viniendo bien y procuraba ser puntual a sus citas para aprovechar al máximo ese tiempo que invitaba a la reflexión sobre su propia existencia.

- Me han propuesto un cambio de puesto. Me han propuesto volver a mi antiguo trabajo, dijo Julian

- ¿Y?

- Pues no sé, no lo veo claro

- ¿Por qué? Me dices continuamente que no estás bien en el trabajo actual. Quizá ese cambio podría ser positivo, ¿no?.

- Es cierto, pero es un trabajo que ya sin empezar se le ven los problemas, unos problemas cuya solución no dependería de mí pero sus consecuencias sí caerían sobre mí.

- ¿A qué te refieres?

- Pues, por ejemplo, a que no está hecho el proyecto de obra. Sin ese proyecto no se podría llevar a cabo el proyecto global.

- Bien. ¿En tus anteriores trabajos te ha ocurrido algo parecido?

- Sí, en varios de ellos se empezó sin proyecto.

- ¿Cómo lo resolviste?

- A veces cambiando el objeto de actuación, o consiguiendo que la entidad promotora finalizara el proyecto de obra,.....

- Eso podría ocurrir ahora, ¿no?

- Es difícil pero....... podría, si. No obstante sé que esa situación me estresaría.

- Pero.......... podrías resolverla con éxito como otras veces, ¿no?, dijo Marta

- Posiblemente pero................. (Marta interrumpió el discurso de Julian)

- ....... pero tu problema se reduce a que lo estas viendo como una amenaza y no como un reto, esa es tu tendencia y una de las claves de tu proceso de toma de decisiones. Cuando algo se ve como amenaza te paraliza, en cambio, cuando esa misma situación se percibe como un reto, entonces hace que te pongas en marcha, te obliga a usar tu creatividad, a utilizar todos los recursos que tienes a tu alcance para buscar posibles soluciones y concluir el trabajo con éxito. ¡Piensa en eso que te acabo de decir!.