domingo, 18 de mayo de 2008

EL HOMBRE SIN CIRCUNSTANCIAS

o
En mi anterior trabajo me dedicaba, junto con un compañero, a seleccionar alumnos para realizar cursos de capacitación profesional y, posteriormente, encargarme de la orientación laboral de cada uno de ellos.

Los cursos a los que me refiero estan dirigidos a personas pertenecientes a colectivos especiales y en situación de riesgo de exclusión socio-laboral. En uno de ellos seleccionamos a una persona enviada por los Servicios Sociales. Era un hombre joven -demasiado joven para haber vivido determinadas experiencias-, de etnia gitana, expresidiario y con pocas posibilidades de insercion laboral ya que, además, no poseia ningun tipo de cualificación. Desde el primer momento tuvo problemas no sólo para asimilar los contenidos del curso sino, incluso, para asumir las mínimas normas de convivencia. Por ese motivo fue derivado en varias ocasiones al departamento de orientación.

En una de las entrevista él me manifestó que no entendía lo que explicaba el profesor porque se habia criado con sus abuelos y no habia podido ir al colegio. Ante ésto yo le respondí, más o menos, que a pesar de que sus circunstancias habían sido desfavorables, éstas podían modificarse. Él me miró muy serio y después de pensar unos segundos, me señaló con el dedo y me contestó: "Oye, que yo no tengo de eso (circunstancias), y tu me hablas en andaluz que a ti no te entiendo nada" (aclaro que soy castellano afincado en Andalucía). Al final esta persona tuvo que dejar el curso por razones que aqui no vienen al caso.

Siempre que cuento esta anecdota les resulta graciosa a los oyentes, pero si nos paramos a pensar quizá lleguemos a la conclusión de que esta persona, sin saber lo que decía, realmente estaba dando en el clavo. Él no había tenido circunstancias, es cierto. Él no había tenido la circunstancia de nacer perteneciendo a la étnia mayoritaria, no había tenido la circunstancia de nacer en una familia concienciada de que la educación y la formación son imprescindibles en nuestra sociedad, nadie le expuso la circunstancia de que para conseguir bienes hace falta algo más que el deseo y la acción de cogerlos, en fin, ...............realmente tenia razón, NO TENÍA CIRCUNSTANCIAS o al menos, éstas no le fueron favorables.
Alguien en el reparto, probablemente se "despistó" y se olvido de darle a este hombre sus circusntancias. Pero lo que es aún peor, seguimos despistándonos y dejando a demasiada gente sin ellas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿A quien corresponde el dar o no circunstancias a alguien?
¿A la sociedad o a la propia persona?. Es decir, me pregunto si no debiera ser cada uno quien se buscara sus circunstancias y las cambiara.